En un esfuerzo por mejorar la atención de niños, niñas y adultos afectados por tragedias, bien sea, desastres naturales o antrópicos (causados por el hombre) se ha formalizado el trabajo que se viene haciendo desde hace algunos años atrás, a partir de los hechos que afectaron a muchas personas en Venezuela, entre ellos, el terremoto de Cariaco, la tragedia de Vargas, la tragedia del Mocoties (en Mérida). Pues la escuela y el sistema educativo en general, sirvió a través de estrategias lúdicas, de contenedor y refugio emocional para los afectados, en especial para los niños.
Es por ello, que en las guías se proponen líneas estratégicas para abordar (desde un enfoque lúdico y afectivo) cualquier situación de desastre que pudiere afectar de nuevo a nuestros niños y sus familias.
De igual forma, se pudimos apropiarnos de aquellos artículos en el marco jurídico que promueven la protección y seguridad de las niñas y niños en situaciones de riesgo y desastres.
Ejemplos de acción gubernamental y voluntaria ciudadana, se evidencian en los programas: "El Retorno de la Alegría" "Red de Apoyo Psicológico de la UCV" "Leer para Vivir" entre otros que desde diferentes enfoques responden al mismo objetivo, como lo es, darle apoyo psicológico, emocional y lúdico a los afectados.
El papel de la Escuela es vital y referente positivo para albergar situaciones de seguridad y refugio en su seno y así, darle amor, distracción, consecución escolar (en lo que se pueda) a quienes por desastres naturales o antrópicos lo han perdido todo, y han quedado en estados emocionalmente delicados.
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